18 febrero 2006

Las lágrimas también sonríen...

Después de un tiempo de voluntaria soledad,
me sorprendí merodeando mi memoria,
visitando particulares paisajes y cómplices rincones,
reviviendo aromas y sabores,
sentimientos y sensaciones,
dejándome asaltar nuevamente por el erizar de mi piel...
Y debo reconocer, que por un camino u otro,
siempre termino a tu lado y vuelvo
a embriagarme con todo y nada,
respiro profundo y me emociono y redescubro...
que las lágrimas también sonríen...

11 febrero 2006

5 Manías

La Srta.Martina, me embarcó en este desafío y aunque me costó encontrar las manías, creo que al menos, logré descubrir que cosas me cuesta trabajo o no estoy dispuesta a tolerar;

1) Detesto cuando las personas hacen sonar los dedos o comentan accidentes, fracturas, heridas u operaciones, me dan nauseas...
2) Siempre cierro la puerta del dormitorio y baño, me cuesta quedarme dormida si no lo hago...
3) Me molesta mucho, que dispongan de mi tiempo, como si fuese un bien público, es decir, que me programen el día... yo hago lo que quiero, con quien quiero, cuando, como y donde quiero y puedo...
4) Me molesta la gente que para impresionar o bien para hacer sentir temor se jacta, aquellos que te dicen “Es que tú no sabes con quien estás hablando”, “Soy el Sr.XX, gerente de esto, presidente de lo otro”, “Yo pago su sueldo”... En el fondo, son puros perejiles, la gente realmente importante y educada, nunca te tira las jinetas...
5) Odio la irresponsabilidad, en cualquiera de sus formas, creo que si uno se compromete a algo, debe antes; estar seguro de poder cumplirlo y si no lo está, simplemente no comprometerse con ello, forma parte del respeto a los demás y a si mismo, creo yo...

Y mis nominados son... ¡Filo!
Yo también
detesto responder cadenas y por eso,
nomino a aquellos que tengan el tiempo y
la valentía de mirarse al espejo y responder...
¡Ánimo, que se puede!


04 febrero 2006

A mi Bobe...

Juanita, Doña, Bobe... Este miércoles 01 de Febrero, decidiste que tu cuerpo dejara este mundo; definitivamente así lo decidiste, para acompañar a tu madre hasta en el día de su propia partida... Lo decidiste, porque luchaste durante toda tu permanencia física por tener una gran mesa con todos quienes amas, sentados en ella; así y sólo así, determinaste abandonar tu cuerpo para asentarte en una locación superior, desde donde seguro; tendrás – como la tenias acá también – la mejor vista posible para observar cada uno de nuestros actos, para darnos el empujoncito faltante o para frenar por nosotros, cuando sea necesario...
Y a pesar de que donde te encuentras no es necesario, yo sé que estarás dándole elegancia y belleza a cada cosa que roces; porque tú si sabes hacer destellar a quienes se cruzan en tu camino, sin reparos en entregar todos tus secretos para brillar; porque nos enseñaste que compartirlos no te quitaba nada, sino que por el contrario, le otorgaba mas fuerza a tu brillo todavía; porque también sé, que aún con tu agudo sentido del olfato y la sabiduría; siempre estarás dispuesta a equivocarte si se de dar se tratara; porque siempre logras hacer que sobre, pero nunca que falte; porque nos demostraste, una y otra vez, que más vale perder apostando, que nunca jugársela por nada y dejar que el arrepentimiento de no vivir a concho cada día, nos invadiera tan solo una vez; porque dejaste claro y lo sigues haciendo, que todo lo que no se da, se pierde y que nunca, nunca es tarde, para ser una mejor persona...
Tal vez, muchos de quienes te aman y te admiran, no lleguen tan pronto como yo a entender y sentir tu partida física de esta manera; pero yo, me siento en la dulce obligación de hacerte saber que para mí este viaje que comenzaste el miércoles de este mundo al sitio donde hoy te encuentras; es tan sólo un cambio de casa, al que puede que nos cueste mas o menos adaptarnos, cambio a los que los humanos tenemos la tendencia a resistirnos, pero que finalmente terminamos aceptando, mal que mal; cuando la meta es un abrazo tuyo, no hay distancia que logre evitarlo; porque cada vez que me envuelves con tu abrazo, yo corroboro que no hay tiempo, ni lugar ni espacio que pueda atenuar su fuerza y su mensaje tácito de amor incontenible; porque no hay mejor regalo ni mejor remedio que encontrarte y reencontrarte; porque para mi nunca te has ido, sigues y seguirás aquí, con nosotros, recordándonos que la distancia mas larga entre dos personas es tan sólo un abrazo, un “te quiero”, “lo siento” o “gracias”; recordándonos también que no hay ningún mal, que el amor y la perseverancia no curen y sobre todas las cosas, haciéndonos notar humilde, silente y sabiamente, que INTEGRIDAD, es un término que muy pocos de nosotros, llegamos como tú, a vivenciar en carne propia... Por trasmitirme la convicción de que las cosas siempre pueden llegar a ser mejores y que depende de uno cambiarlas; por la forma de decir “Te Amo” en silencio con los profundos y hermosos océanos de tus ojos y por la audacia de gritarlo a viva voz, cuando es necesario; por enseñarme que uno no sólo debe ser, sino que también parecer; por tu fineza, tu garbo inconfundible e inigualable; por tu inmensa y muchas veces autodidacta sabiduría; por tu prestancia; por tu seguridad y firmeza; por lograr sacar de mí lo mejor; por hacer tangible la fuerza de la fe; por enseñarme a diario todo lo que encierra formar, hacer crecer y cuidar la familia; por tu tolerancia y tu maravillosa forma de enseñarme, que no hay personas mejores ni peores, sino diferentes y que todas tienen algo de lo que se pueda aprender; por todas tus soluciones a las dificultades existentes y aquellas que aún no se presentan; por tu complicidad y discreción; por esta, nuestra inagotable e interminable conversación... en la que trato de decirte, cuan feliz estoy, de que tu nueva casa, sea todo lo espaciosa que querías y mereces; en la que te comento cuales son – creo yo – mis tareas pendientes, antes de emprender el viaje hacia ella; el viaje hasta ti... porque si algo aprendí de ti, es que para un viaje tranquilo y grato, lo mejor es partir con la plena seguridad de haber cerrado todos los ciclos y pagado todas las cuentas; porque nunca se sabe como ni cuando uno puede necesitar volver y sobre todo, porque es impagable tener la certeza de saber que, uno luchó y realizó todos los esfuerzos por ser y estar; con todo el amor y de la mejor forma posible... Bobe, mis felicitaciones por – como siempre – sacarnos tiempo de ventaja, para poder al menos, alcanzar a poner y a arreglar la mesa, esta mesa tan larga, en la que cada uno de nosotros, que tanto, pero tanto te amamos, tenemos un lugar reservado... Para ti un sincero “Te amo” y un sentido y verdadero “Hasta pronto”... Tu nieta, admiradora y amiga, Yael.
P.D: Mi té bien dulce... aunque por supuesto, tú ya lo sabes...

A mi Yeye, un mensaje de mi Bobe...

Soneto XCIV (Pablo Neruda)

Si muero sobrevíveme con tanta fuerza pura
que despiertes la furia del pálido y del frío
de sur a sur levanta tus ojos indelebles,
de sol a sol que suene tu boca de guitarra.

No quiero que vacilen tu risa ni tus pasos,
no quiero que se muera mi herencia de alegría,
no llames a mi pecho, estoy ausente.
Vive en mi ausencia como en una casa.

Es una casa tan grande la ausencia
que pasarás en ella a través de los muros
y colgarás los cuadros en el aire.

Es una casa tan transparente la ausencia
que yo sin vida te veré vivir
y si sufres, mi amor, me moriré otra vez.

P.D: De seguro, Yeyito, la Bobe dejó este mensaje prendido en algún rincón de tu corazón y por si te cuesta encontrarlo, yo lo llevo hasta ti, también paseándome a través de los muros de su ausencia, que como ya sabemos y sentimos, no es tal... ¡Te amo mucho!