29 noviembre 2005

IRSE (Mario Benedetti)

IRSE

Cada vez que te vayas de vos misma
no olvides que te espero
en tres o cuatro puntos cardinales
siempre habrá un sitio dondequiera
con un montón de bienvenidas
todas te reconocen desde lejos

y aprontan una fiesta tan discreta
sin cantos sin fulgor sin tamboriles
que sólo vos sabrás que es para vos
cada vez que te vayas de vos misma
procura que tu vida no se rompa
y tu otro vos no sufra el abandono
y por favor no olvides que te espero
con este corazón recién comprado
en la feria mejor de los domingos
cada vez que te vayas de vos misma
no destruyas la vía de regreso
volver es una forma de encontrarse
y así verás que allí también te espero.


P.D: Para quienes se han ido y han vuelto, para quienes con los que de vez en cuando me reencuentro, para quienes me esperan día a día, para quienes nunca me esperaron y también; para aquellos que partieron y me esperan en algún sitio, dentro de algún tiempo...

21 noviembre 2005

Vivir es impagable, pero compartir la vida, lo es aún más

Debo reconocer que al volver a retomar mi trabajo y varias de mis actividades cotidianas, después de casi 6 meses de inactividad, producto de las crisis de pánico, ocasionadas por el constante hostigamiento laboral, volver al trabajo, a mis tareas domésticas e incluso a mi familia y amistades, ha sido crucial... No puedo negar, que al regresar y encontrarme con más de 785 mails, de los cuales, al menos 300 eran de amigos y esperaban respuesta; sólo verlo, me agotó de entrada, pero después, eso fue lo que dio el inicio a un nuevo ciclo, a una nueva forma de ver la vida y de concebir como meta, vivir un día a la vez...
Creo que no es tan difícil de comprender, pero de todos modos trataré de explicarlo... Tener que responder más de 300 mails de amigos, se convirtió en el mensaje motivador... Nunca me había percatado de lo querida que soy, de la cantidad de personas que me aprecian, que yo también aprecio, que interactúan conmigo y por ende, contribuyen en mayor o menor grado a que yo sea, la persona que hoy soy.
Entonces, lo comencé a aplicar a todo, es decir, si tengo hoy una rumba de platos por lavar, es gracias a que me visitaron varios amigos; si llego agotada del trabajo y encuentro miles de cosas por hacer en casa, es gracias a que desempeño mi labor con dedicación y que tengo la suerte de tener un hogar; si lloro o me preocupo por algo o alguien, es porque mi corazón late y siente (a veces con demasiada intensidad); que si busco la justicia, es porque he sido víctima de la injusticia, pero he sido lo suficientemente fuerte, para no engendrar rencor sino experiencia, para evitar cometer aquellos errores con otros; que si envidio a los niños, es porque tienen una magia que cuando dejamos de serlo, perdemos; que si a veces me fastidia pensar que vamos a comer mañana, es porque tengo la certeza de que habrá un mañana; que si me cuestiono que ropa usaré, es porque tengo suficiente como para poder dudar; que si en las noches no puedo dormir, tengo a mi lado a un ser adorable, que está dispuesto a hacerme cariño hasta dejarme caer en los brazos de Morfeo; que si he sentido desamor, es porque he confiado, amado y seguiré amando mucho más y que si todos Uds. no existieran, ninguna de mis líneas tendría sentido ni fin; porque "Vivir es impagable, pero compartir la vida lo es aún más"... Gracias a todos por ser, estar, dar, respetar y compartir conmigo un trocito de Uds.!

A mi esposo, mi familia, mis amigos y sobre todo a mis enemigos, que son el recordatorio constante de que no soy perfecta sino humana y que por ser fiel a "mi humanidad", nunca podré ser amiga de todo el mundo, pero agradezco ser amiga de mis amigos... Para todos, mil gracias y mucha VIDA!

13 noviembre 2005

¡Hoy, sólo quiero... agradecerte!


Recordar aquella mágica tarde de aquel 1ero.de Agosto, cuando nuestras almas se embrujaron y apostamos por vivir, por crear para y por nosotros esta inagotable constelación de amor en la que decidimos habitar, desde entonces. Sin duda me llena de un profundo orgullo y me alimenta de nuevas esperanzas, cada vez que pienso, que en mi despertar, de cada día, descubro y redescubro, que eres sin duda el mejor regalo que ha podido darme la vida... Que todos los momentos y seres anteriores, sólo fueron etapas que me prepararon para recibirte, para acogerte, para descifrarte, para conocerte, para alcanzarte, para admirarte... y para final y absolutamente... amarte.
Sintetizar este primer año de matrimonio, es muy difícil de conseguir; pero tal vez logre hacerte saber, que ni un solo día, he dejado de sentir “mariposas en la guata”, de sólo pensar en ti, en nuestra inmensa complicidad e incalculable amor.
Por eso, hoy sólo quiero agradecerte, por ser, por estar y por amarme!


A mi admirado y amado esposo, Pablo... ¡Feliz Aniversario Amor!

07 noviembre 2005

¡Ayer, 6 de Noviembre de 2005... Ian, iluminó nuestras vidas!

IAN:

Ayer, 6 de Noviembre de 2005, llegaste a este mundo a eso de las 20.00 hrs. e iluminaste nuestras vidas, tan sólo con recordarnos el hermoso misterio que la vida misma encierra.

Esta vez, eso sí, fue distinto para mí... Primero, te llevo 30 años de ventaja y no 2, como a tu padre – mi amado hermano Igal – pero me diste la oportunidad de volver a recorrer mi vida entera, en el momento que te conocí...
Entonces me percaté de varias cosas: naciste un día 6, igual que tu abuela paterna, eres el primer bisnieto de la familia Serebrinsky, llevarás contigo una sobredosis de amor y sabiduría... Y, espero, llegues a ser un hombre igual o más maravillosamente humano que tu padre.
Tania e Igal, mil gracias por traer a este Príncipe al mundo.
Igal, nunca está de más, recordarte que eres el hombre que más admiro y uno de los que más amo.
Ian... bienvenido a este mundo; tus bisabuelos, abuelos, padres, tíos chochos, primos y todos lo que te rodeamos, lucharemos por hacer de este, un Mundo Mejor día a día, para ti, por ti y contigo.

P.D.: Ian, te amé, desde que conocí a tu Padre!

05 noviembre 2005

Todo lleva tiempo... como el Bambú Japonés!

El Bambú Japonés (Autor Desconocido)

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: "¡Crece, maldita seas!" Con el Bambú Japonés, sucede algo curioso. Siembras la semilla, y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada aparentemente con la semilla durante los primeros siete años. A tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de solo seis semanas la planta de bambú crece ¡mas de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas crecer? No. La verdad es que se tomo siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años, de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años. En la vida cotidiana tratamos de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es tarea difícil convencer al impaciente que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado. De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creeremos que nada está sucediendo, y esto puede ser extremadamente frustrante. En esos momentos (que todos tenemos), debemos recordar el ciclo de maduración del Bambú Japonés, y aceptar que en tanto no nos crucemos de brazos, ni abandonemos nuestra tarea, si está sucediendo algo profundo: estamos creciendo y madurando. Quienes no se dan por vencidos, van creando el temple que les permitirá sostener el éxito.
El triunfo es mas que un proceso que lleva tiempo y dedicación.
Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros. Exige cambios, acciones y formidables dotes de paciencia.