Ángel para un final (Silvio Rodríguez)

*** Todo final esgrime un principio... y este no es la excepción ***



Para saborear emociones,
P.D: Para todos quienes no nos permitimos salvarnos de... nosotros mismos
Y Dios me hizo mujer, de pelo largo,
Y mis nominados son... ¡Filo! Yo también
ar por nosotros, cuando sea necesario...
Tal vez, muchos de quienes te aman y te admiran, no lleguen tan pronto como yo a entender y sentir tu partida física de esta manera; pero yo, me siento en la dulce obligación de hacerte saber que para mí este viaje que comenzaste el miércoles de este mundo al sitio donde hoy te encuentras; es tan sólo un cambio de casa, al que puede que nos cueste mas o menos adaptarnos, cambio a los que los humanos tenemos la tendencia a resistirnos, pero que finalmente terminamos aceptando, mal que mal; cuando la meta es un abrazo tuyo, no hay distancia que logre evitarlo; porque cada vez que me envuelves con tu abrazo, yo corroboro que no hay tiempo, ni lugar ni espacio que pueda atenuar su fuerza y su mensaje tácito de amor incontenible; porque no hay mejor regalo ni mejor remedio que encontrarte y reencontrarte; porque para mi nunca te has ido, sigues y seguirás aquí, con nosotros, recordándonos que la distancia mas larga entre dos personas es tan sólo un abrazo, un “te quiero”, “lo siento” o “gracias”; recordándonos también que no hay ningún mal, que el amor y la perseverancia no curen y sobre todas las cosas, haciéndonos notar humilde, silente y sabiamente, que INTEGRIDAD, es un término que muy pocos de nosotros, llegamos como tú, a vivenciar en carne propia... Por trasmitirme la convicción de que las cosas siempre pueden llegar a ser mejores y que depende de uno cambiarlas; por la forma de decir “Te Amo” en silencio con los profundos y hermosos océanos de tus ojos y por la audacia de gritarlo a viva voz, cuando es necesario; por enseñarme que uno no sólo debe ser, sino que también parecer; por tu fineza, tu garbo inconfundible e inigualable; por tu inmensa y muchas veces autodidacta sabiduría; por tu prestancia; por tu seguridad y firmeza; por lograr sacar de mí lo mejor; por hacer tangible la fuerza de la fe; por enseñarme a diario todo lo que encierra formar, hacer crecer y cuidar la familia; por tu tolerancia y tu maravillosa forma de enseñarme, que no hay personas mejores ni peores, sino diferentes y que todas tienen algo de lo que se pueda aprender; por todas tus soluciones a las dificultades existentes y aquellas que aún no se presentan; por tu complicidad y discreción; por esta, nuestra inagotable e interminable conversación... en la que trato de decirte, cuan feliz estoy, de que tu nueva casa, sea todo lo espaciosa que querías y mereces; en la que te comento cuales son – creo yo – mis tareas pendientes, antes de emprender el viaje hacia ella; el viaje hasta ti... porque si algo aprendí de ti, es que para un viaje tranquilo y grato, lo mejor es partir con la plena seguridad de haber cerrado todos los ciclos y pagado todas las cuentas; porque nunca se sabe como ni cuando uno puede necesitar volver y sobre todo, porque es impagable tener la certeza de saber que, uno luchó y realizó todos los esfuerzos por ser y estar; con todo el amor y de la mejor forma posible... Bobe, mis felicitaciones por – como siempre – sacarnos tiempo de ventaja, para poder al menos, alcanzar a poner y a arreglar la mesa, esta mesa tan larga, en la que cada uno de nosotros, que tanto, pero tanto te amamos, tenemos un lugar reservado... Para ti un sincero “Te amo” y un sentido y verdadero “Hasta pronto”... Tu nieta, admiradora y amiga, Yael.
P.D: Mi té bien dulce... aunque por supuesto, tú ya lo sabes...



eso fue lo que dio el inicio a un nuevo ciclo, a una nueva forma de ver la vida y de concebir como meta, vivir un día a la vez...
IAN: 
s.
La historia es esta, después de trabajar casi ya 8 años en una gran compañía de telecomunicaciones, en Chile; hace 2 años que la empresa cambió su enfoque y desde entonces, hemos pasado de ser “Ejecutivos Teleasistentes” a “obreros” (sin menospreciar), víctimas de los latigazos e injusticias cometidas por nuestros superiores. Está claro que, para las grandes empresas, uno termina siendo un número, una cosa, un algo; lo que implica que puede verse uno fácilmente reemplazado, pero ¿Qué sucede cuando ese” uno” se destaca por sobre los demás ¡tanto! que hace sentir a sus superiores su realidad de inferioridad?... Bueno, yo les cuento: tratan de aburrirte como sea, te siguen, buscan alguna debilidad, te molestan, te hostigan, etc.
VIVIR... ¿Por qué no elegir VIVIR?
“El próximo otoño, cuando veas los gansos dirigiéndose hacia el sur para el invierno, fíjate que vuelan formando una V. Tal vez te interese saber lo que la ciencia ha descubierto acerca del porque vuelan en esa forma. Se ha comprobado que cuando cada pájaro bate sus alas, reduce un movimiento en el aire que ayuda al pájaro que va detrás de él. Volando en V la bandada completa aumenta por lo menos un 71 % de su poder, que si cada pájaro volara solo. Las personas que comparten una dirección común y tienen sentido de comunidad pueden llegar a donde deseen más fácil y rápidamente porque van apoyándose mutuamente. Cada vez que un ganso se sale de la formación siente inmediatamente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de hacerlo solo y rápidamente regresa a su formación, para beneficiarse del poder del compañero que va adelante. Si nosotros tuviéramos la inteligencia de un ganso nos mantendríamos con aquellos que se dirigen en nuestra misma dirección. Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los puestos de atrás y otro ganso toma su lugar. Obtenemos mejores resultados si tomamos turno haciendo los trabajos más difíciles. Los gansos que van detrás graznan para alentar a los que van delante a mantener la velocidad. Una palabra de aliento produce grandes beneficios. Finalmente, cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo, otros dos gansos se salen de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo. Se quedan acompañándolo, hasta que está nuevamente en condiciones de volar o hasta que muere, y solo entonces los dos acompañantes vuelven a su bandada o se unen a otro grupo. Si nosotros tuviéramos la inteligencia de un ganso nos mantendríamos uno al lado del otro apoyándonos y acompañándonos."